A pesar que tenemos muchos años de venir hablando de que en Costa Rica es necesaria una reforma tributaria integral, y lo mismo se ha centrado en la dotación de intentos legislativos por transformar el sistema de impuestos sobre la renta y el general sobre las ventas, el último intento, el cual fue el plan de Solidaridad Tributaria terminó sofocado en su prueba de constitucionalidad del procedimiento.
Sin embargo, leyes nuevas como las de Fortalecimiento de la Gestión Tributaria, así como la Ley para el Cumplimiento del Estándar Internacional de Transparencia Fiscal, números 9069 y 9068, siguieron su curso, se aprobaron y están en vigor. En conjunto con las anteriores, normas como las de la aprobación de la Convención Sobre Asistencia Administrativa Mutua en Materia Fiscal, constituyen piezas legales que cambian el contorno de las realidades de los negocios, en especial aquellos integrados de manera directa o indirecta con la economía global.
Regulaciones como las indicadas, antecedidas y continuadas con una amplia y cada vez más larga lista de países con los que se tienen convenios para el intercambio de información tributaria, son factores de riesgo para las empresas, que no se pueden ignorar. Esas leyes comportan una sustancial reforma fiscal, sin que aún tengamos una reforma tributaria.
Es importante indicar que asuntos como las herramientas de la Administración Tributaria, los accesos efectivos y eficaces a la información, el control del fraude fiscal local e internacional, serán asunto superado para cuando corresponda discutir en esencia la reforma de los tributos de renta y ventas.
Si bien no se cuenta con los medios de recaudación de recursos frescos, sí hay un nuevo arsenal para recaudar los existentes.
La discusión sobre una posible reforma tributaria se focalizará en si queremos tener un sistema de renta más global que cedular, o si queremos tener un impuesto de ventas que sea de valor agregado e incluya de manera general los servicios, habiéndose superado, al menos en los aspectos fiscales fundamentales, pues ya se ha logrado un pausado y silencioso avance en esta materia. Pero a fin de transformar el sistema de forma completa e integral, los esfuerzos gubernamentales y legislativos deben centrarse, paulatinamente, en una reforma tributaria.