Tal aseveración tiene que ver con una información de este diario de que la Caja tiene tres meses de estar incinerando 880 toneladas de medicinas vencidas, y con un costo que supera los ¢700 millones, y de las cuales ya quemó 830.
En un comunciado de prensa difundido por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Carrillo menciona que "como parte de una acción de limpieza institucional, está en trámite la incineración de 200 toneladas de medicamentos que la institución tuvo que dejar de despachar por diversos motivos relacionados con esta dinámica".
No obstante, ese criterio contradice lo dicho por Miguel Salas, jefe de Álmacenamiento y Distribución (bodegas conocidas como ALDI), quien dijo a La Nación que el material por incinerar son 830 toneladas de fámacos, más otras 50 toneladas que provienen de clínicas y hospitales.
De hecho, la cifra de 830 toneladas también aparece en el contrato que la Caja firmó con la empresa Holcim para la destrucción de los medicamentos, los cuales datan desde el 2004 y entre los que se encuentran jarabes, sueros, gasas y hasta guantes de látex.
Carrillo minimizó que las toneladas de fármacos por destruir sea significativa. Al respecto, dijo: "Finalmente, quiero aclararle que durante los últimos siete años la institución ha invertido ¢418.682 millones (2004 - 2010) en compra de medicamentos, por lo que al relacionar el monto de vencimientos referidos en La Nación apenas representa un 0,17%".
Entre los medicamentos vencidos se destruyeron ¢300 millones en estrógenos (para mujeres que inician el climaterio) y ¢180 millones en retrovirales contra el sida.