El que fue hasta hace algunas décadas el baile prohibido de Costa Rica, el
La coreógrafa Ligia Torijano, y su compañía La Cuna del Swing, fueron los responsables de llevar todo el sabor de ese cadencioso baile, con su espectáculo
A las 12:10 p. m., el histórico teatro lucía casi lleno, salvo por algunas localidades vacías en galerías laterales. Un ambiente muy similar al de un salón de baile se mostraba ante el público: unas mesas colocadas a los lados de un pequeño bar y en lo alto un letrero que decía “Se prohíbe bailar
Una voz pregrabada le fue contando a los atentos espectadores la historia de este baile; el cómo los ticos mezclaron el
Resulta un poco difícil de imaginar que el lugar donde la Sinfónica Nacional interpreta clásicos como la
Ya, para las 12:25 p. m., el público estaba contagiado por la destreza de los bailarines; especialmente, fue aplaudido el joven que comenzó bailando con una mujer y terminó con seis compañeras al mismo tiempo.
Las recreaciones de los bailes de salón, con sus pleitos entre bailarines por una mujer, o los populares concursos, lograron que el público aplaudiera entusiasmado y se riera de las ocurrencias.
Lo contagioso del espectáculo de La Cuna del Swing se sintió en todo el teatro, entre los jóvenes y adultos mayores que no perdieron detalles; al igual que lo sintió una señora en galería derecha, quien no resistió el sabor de la cumbia y bailó acompañada con su niño de brazos, porque ahora en el Teatro Nacional, tampoco está prohibido bailar