Un proyecto de ley para prohibir la venta y alquiler de patentes de licor avanza firme en el Congreso.
Ayer los diputados de la comisión de Asuntos Municipales le dieron el visto bueno para que se discuta en el plenario legislativo.
La iniciativa tiene el expediente 17.410 y señala que las patentes para la venta de licor no se pueden vender ni alquilar y deben ser explotadas solo por el concesionario.
“La patente es una licencia, por lo que no constituye un activo y no se puede vender, canjear ni transferir en forma alguna”, señala el artículo 3 del plan de ley.
El diputado de Liberación Nacional (PLN) Fabio Molina, considera que el avance del plan es un paso para poner orden a un negocio en el que las municipalidades son las menos beneficiadas.
Lo anterior, en vista de que la ley vigente data del año 1936, y supone un beneficio trimestral para los ayuntamientos de entre ¢75 y ¢300.
“Actualmente, no hay beneficio para las municipalidades, que reciben un monto ridículo por trimestre”, expresó Molina.
La posición del verdiblanco la comparten los otros seis diputados del foro de asuntos municipales.
“ La única manera de hacerse de una patente hoy en día es a partir de un remate, lo malo de esto es que la persona que compra la patente se siente dueña, y puede alquilarla y venderla”, expresó el diputado del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Wálter Céspedes.
Tipos de patentes. El proyecto además plantea un nuevo sistema de categorías para las patentes, de manera que la clase A serviría para la venta de bebidas al detalle, en envases cerrados y para consumo fuera del establecimiento.
Luego están las patentes clase A1, que permiten la venta de bebidas de bajo contenido alcohólico (menos de 15% de alcohol por volumen), y las patentes clase A2, para bebidas de alto contenido alcohólico (más de 15% de volumen).
Las patentes clase B son las que permiten la venta de licor en bares, cantinas, tabernas, clubes nocturnos, discotecas y salones de baile, siempre y cuando la venta se realice al detalle.
Finalmente, las patentes clase C habilitan a restaurantes y otros comercios similares para la venta de licor, siempre que sea a lo interno de los locales. El proyecto seguirá ahora su trámite en plenario.