La forma en que los diputados han tramitado el aumento salarial da pena; pero, en esta polémica discusión lo que sí es evidente es que el aumento se justifica.
¿Por qué da pena? En primer lugar, porque aplicaron la llamada “vía rápida”, un trámite expedito que se ha reservado a proyectos de interés o urgencia nacional, y no para interés personal, como se puede interpretar en este caso.
Da pena porque ni siquiera han calentado sus sillas, ni siquiera han demostrado su capacidad de diálogo, de consensuar o de aprobar leyes de interés nacional... es decir, desde el punto de vista del electorado, no tienen ningún mérito para recetarse un ajuste.
Estos diputados novatos perdieron la noción de que cualquier trabajador, antes de pedir aumento, debe rendir.
Pero, independiente de estos factores, el incremento se justifica porque el sueldo de los diputados se quedó rezagado con respecto al de otros funcionarios. Esa brecha salarial es uno de los factores que ahuyentan a personas idóneas a postularse a este u otro cargo público.
Si a futuro queremos elegir diputados capaces, también debemos pagarles bien (y ojalá poder escogerlos uno a uno y no de la lista de un partido político).
Un informe de la Contraloría General de la República, dado a conocer en febrero, reveló que el máximo salario en la administración pública es de ¢13 millones y lo tiene un jerarca de una institución descentralizada.
Lo irónico del estudio es que el máximo jerarca que menos gana es de una municipalidad y tiene un salario de ¢2,1 millones, es decir, bastante parecido a los ¢2,5 millones de un diputado.
Solo en la alcaldía de San José, el salario para este puesto de elección popular es superior a los ¢5 millones. De ahí, que los ¢4,5 millones que pretenden los diputados se quedan cortos ante los del alcalde josefino.
Otra elemento que justifica el alza a los diputados es el contrarrestar las tentaciones. De pagárseles mejor, se reducen las posibilidades de que caigan en la corrupción... Al menos, se evitaría que pongan en venta, para redondearse el sueldo, los cupones de combustible a que tienen derecho (500 litros por mes).
Entonces, lo prudente es que los diputados se incrementen el salario para que la gente más capaz aspire al puesto... Los que están ahora pueden tomar la decisión, pero cuando los costarricenses veamos resultados, satisfactorios de su trabajo.