Washington. Los atentados terroristas profundizaron distanciamientos entre los pueblos estadounidense y musulmán, e incluso latinoamericano.
Dos años después del discurso del presidente Obama en El Cairo, en el 2009, las percepciones favorables sobre Estados Unidos entre el público musulmán son peores que en el 2008, según una encuesta de Zogby International y la Universidad de Maryland.
El director del Centro para el Entendimiento Musulmán-Cristiano de la Universidad de Georgetown, John Esposito, lo atribuye a que Obama no ha pasado de las palabras a los hechos.
“Obama distanció a EE. UU. de la retórica neocolonial de (George W.) Bush, pero no ha logrado mantener las promesas que hizo al mundo musulmán en temas como el cierre de la prisión de Guantánamo, la presencia en Irak y Afganistán, o la expansión de los asentamientos en Gaza”, indicó.
El distanciamiento también ocurrió en Latinoamérica. “Las acciones militares preventivas de Bush tocaron un nervio en la región; además, esta ya no es prioridad para Washington. Esto le dio un fuerte empujón al distanciamiento que se venía dando, aunque no es permanente”, explicó Michael Shifter, presidente de Inter-American Dialogue.
Hoda Elshishtawy, analista del Consejo de Asuntos Musulmanes, comentó que también se han dado repercusiones para los musulmanes en EE. UU., con el aumento de la islamofobia y restricciones a sus derechos civiles.
Helle Dale, de Heritage Foundation, explicó que Washington intenta contrarrestar la propaganda antiestadounidense, por ejemplo con contenido para televisión, radio e Internet árabes.
Pese a ello, estudios de opinión de Pew Research Center muestran que el público islámico continúa percibiendo la guerra contra el terrorismo como una cortina de humo para “controlar el petróleo, proteger a Israel y debilitar a gobiernos no alineados”.