WASHINGTON. AFP Un enorme asteroide se acercará a la Tierra el próximo martes, en una rara aproximación que no supone riesgo de impacto para el planeta, dijeron esta semana científicos de Estados Unidos, que esperan con ansiedad la ocasión para observarlo.
“Esto no es potencialmente peligroso, es solo una buena oportunidad para estudiar un asteroide”, aclaró el astrónomo de la Fundación Nacional de Ciencia (NSF), Thomas Statler.
El asteroide circular, llamado 2005 YU55, tiene 400 metros de ancho y quedará más cerca de la Tierra que la Luna, ubicándose a unos 325.000 kilómetros del planeta.
La hora en la que el asteroide estará más cerca de la Tierra será a las 5:28 p. m. del martes, según las previsiones.
“La aproximación será la más cercana de un asteroide de ese tamaño en más de 30 años, y no volverá a suceder un evento similar hasta el 2028. Sin embargo, quienes deseen ver el astro necesitarán un telescopio”, explican los expertos.
El asteroide “va a verse muy débilmente cuando pase por aquí”, afirmó Scott Fisher, director de la División de Astronomía de la NSF.
“No será perceptible a simple vista. Uno necesitará un telescopio que tenga un espejo de más de 15 cm para verlo. Para hacer la observación aún más complicada, estará moviéndose muy rápido por el cielo cuando pase”, agregó.
Varios radiotelescopios han sido instalados en América del Norte para registrar el paso de la formación rocosa. “La mejor hora (y lugar) para observarlo serán las primeras horas de oscuridad del 8 de noviembre en la costa este de Estados Unidos”, agregó.
Los astrónomos que han estudiado este objeto, clasificado como un asteroide de clase C, dicen que es muy oscuro, tiene el color del carbón, y es bastante poroso.
El 2005 YU55 fue descubierto en 2005 por Robert McMillan, del proyecto Spacewatch, grupo de científicos que observa el sistema solar cerca de Tucson, Arizona, EE. UU.
Este objeto es parte de un conjunto de 1.262 asteroides grandes, que giran alrededor del Sol y miden de más de 150 metros de ancho, que la NASA califica como potencialmente peligrosos.
“Queremos estudiar estos asteroides, de forma que si uno algún día nos golpea sepamos qué hacer con él”, dijo Statler.
“Las observaciones nos darán una pieza del rompecabezas, uno que no tenemos muchas oportunidades de ver”, concluyó el científico Don Yeomans, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la agencia espacial NASA.