EscucharCon políticos que usan “un lenguaje soez”, que acusan de “corruptos” a casi todos y que se reparten el poder en seis, siete u ocho banderas, este país “se parece cada vez más a Italia y menos a Estados Unidos”.
Esa es una de las principales conclusiones que el presidente Óscar Arias enunció a pocas horas de acabar un período presidencial de frecuente choque con los partidos opositores.
“La calidad de la clase política se ha deteriorado. Lo dice alguien que hizo su tesis doctoral en este tema (“Quién gobierna en Costa Rica”). Y si no se tiene una mayor cultura política, se tiende a ser a veces más grosero, menos respetuoso y a usar un lenguaje muy beligerante y a creerse, alguna gente, que tiene el monopolio de la ética y la honestidad”, dijo Arias, sin querer dar nombres precisos.
El mandatario también se quejó de la dispersión del poder político, por el aumento en la cantidad de partidos, lo que significó el fin del bipartidismo.
“La atomización del Parlamento dificulta aún más la posibilidad de llegar a acuerdos. Tenemos una legislación de protección a las minorías. Se nos fue la mano y sé que eso es difícil cambiarlo, excepto con una Asamblea Constituyente. Usted ve que el PLN perdió escaños en algunas provincias habiendo sacado un montonazo de votos más que otras agrupaciones”, insistió.
El mandatario, por eso, alabó el pacto que firmó la nueva bancada liberacionista con el Movimiento Libertario. “Es maravilloso” dijo, aunque admitió que para algunos proyectos será necesario acercarse al Partido Acción Ciudadana (PAC), como los relacionados con el aumento de impuestos.
El actual Congreso tiene ocho partidos, igual cantidad que en el período anterior, pero con el poder más fraccionado.
Arias agregó un obstáculo adicional: la vigencia de ideologías y la consecuente falta de pragmatismo. “El siglo XXI es de los asiáticos, porque nosotros estamos en
Arias advirtió que Costa Rica no es el único país de la región con tales problemas políticos, pues dijo que está en línea de países como Venezuela o Argentina.
