Pronto se convertirán en adversarios políticos, pero por ahora en algo coinciden: no hablan.
Rodrigo Arias ya hace proselitismo por televisión y Johnny Araya anunció que será precandidato en la próxima convención liberacionista. Sin embargo, a la hora de exponerse ante la prensa ambos hacen mutis.
La estrategia reiterada de Rodrigo Arias es delegar las consultas de la prensa a sus asesores: el periodista Pablo Guerén y el politólogo Claudio Alpízar.
En algunas ocasiones remite escuetos mensajes escritos, con los que responde a la realidad del momento. Por ejemplo, cuando la última encuesta de Unimer evidenció que la intención de voto por Arias subió de un 9% a un 16% –entre febrero y abril–, el precandidato se limitó a escribir en Facebook:
“Siempre he manifestado que las encuestas son fotografías de un momento determinado. Hoy, agradezco profundamente tener la confianza de más costarricenses. Eso es, sin lugar a dudas, lo más importante para mí”.
Araya es más radical. La Nación lo invitó, junto al resto de precandidatos de Liberación Nacional, a que respondiera un cuestionario de siete preguntas sobre la prematura campaña verdiblanca, la realidad nacional y el futuro de Costa Rica. Pero no aceptó.
“En este momento yo no estoy en campaña y no quisiera que el aparecer en estos cara a cara me vean ya como en campaña. Yo realmente no quiero dejar de focalizarme en lo que estoy como alcalde”, dijo el miércoles trasanterior.
Araya reconoció que esta lucha preelectoral, a dos años de que concluya el gobierno de Laura Chinchilla , “es precipitada” y no propicia el ambiente de consenso que esta administración requiere para sacar adelante al país.
En la otra acera, Rodrigo Arias también dijo no. A finales de mayo fue imposible localizarlo, luego su comando pidió las preguntas por adelantado, uno de su voceros alegó que la agenda del precandidato estaba muy apretada y, por último, adujo problemas de salud.
El jueves trasanterior, Rodrigo Arias se sometió a una cirugía en el Hospital Clínica Bíblica para sustituirle marcapaso.
Arias y Araya sí chocaron cuando el primero impulsó que la convención del partido se adelante a febrero. Eso afecta a Johnny Araya, que para entonces estaría en la recta final de los Juegos Centroamericanos, cuyo comité él preside.
Quienes sí respondieron fueron los aspirantes Antonio Álvarez y Fernando Berrocal.
Ambos coincidieron en que en el 2014 el país estará en una coyuntura “difícil” por el desencanto del costarricense en la clase política y por los problemas fiscales que se arrastrarán hasta entonces.
Los dos repudian la idea de adelantar la convención verdiblanca para los primeros meses del 2013, porque eso seguiría politizando la gestión de Laura Chinchilla y dividiendo a su gabinete entre las tendencias en disputa.
Este diario intentó incorporar el criterio de José María Figueres, quien aparece en las encuestas de intención de voto empatado con el resto de aspirantes verdiblancos, pero al cierre de esta nota no había respondido a las consultas enviadas por correo a su vocero.