WELLINGTON. AFP El pequeño y remoto archipiélago de Tokelau, en el océano Pacífico, se convirtió esta semana en el primer territorio que cubre la totalidad de su consumo de electricidad con energía solar, materializando así un proyecto considerado pionero.
Hasta ahora, los tres atolones de este territorio de 1.500 habitantes, administrado por Nueva Zelanda, abastecían sus necesidades energéticas con generadores diésel.
Pero esa era una fuente de energía con impacto ecológico negativo, que costaba un millón de dólares neozelandeses al año ($825.000). “Ahora ese dinero podrá destinarse a proyectos sociales”, dijo el coordinador del proyecto, Mike Besset-Smith, de la firma neozelandesa PowerSmart Solar.
“Muchas naciones del Pacífico tienen dificultades para asegurar el aprovisionamiento energético de buena parte de sus habitantes e incluso cuando lo logran, el precio de la electricidad es un desafío suplementario”, alegó.
El archipiélago, de 12 km², se halla entre Hawái y Nueva Zelanda.
El ministro neozelandés de Relaciones Exteriores, Murray McCully, indicó ayer que para la construcción de la red fotovoltaica se invirtieron $7 millones (más de ¢3.500 millones).