“Fue estúpido y deshonesto”. Con estas duras palabras, que jamás utilizaría en una conferencia de prensa o un boletín, Gerardo Láscarez, entonces viceministro de Seguridad, le contó a un representante de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos por qué despidió a un alto jefe policial en el 2006.
Interactivo: Las fuentes de la Embajada
La infidencia aparece en uno de los 827 cables de Estados Unidos –filtrados por la organización WikiLeaks– que tienen relación con Costa Rica. Estos despachos se nutren de conversaciones con 300 personas, que van desde los triviales intercambios de cualquier embajada con el país anfitrión hasta revelaciones volcánicas como la que hizo Láscarez.
En el recuento de fuentes hecho por
Los diplomáticos solicitaban entrevistas o hasta aprovechaban reuniones sociales para extraer información. Así le ocurrió al magistrado Luis Rivas, quien durante una cena privada dijo cosas sobre los jueces costarricenses que después volaron a oídos en Washington.
El interlocutor más habitual es, por supuesto, el Ministerio de Relaciones Exteriores: 24 de sus empleados de diferente rango aparecen mencionados. Muchos diálogos son simples acusos de recibo de alguna solicitud de EE. UU. Pero en otros, funcionarios ticos se aflojan la rígida corbata diplomática para usar expresiones más atrevidas.
“Ella bromeó con que el Gobierno de Costa Rica estaba complacido de tener una buena frontera en el sur, comparado con la mala frontera en el norte”. Este análisis se lo atribuyen a Elaine White, jefa de Despacho de la Cancillería, en un cable del 2009 que explicaba cómo funciona la relación de Costa Rica con Panamá y Nicaragua.
Pero pocos iban tan lejos en sus revelaciones como Mario Zamora, en aquel momento director de Migración (ahora es viceministro de Seguridad). El jerarca no tenía problema en abrir la compuerta con sinceridad cuando estaba sentado frente a un emisario del Tío Sam.
Así lo registra un cable, por ejemplo, cuando la Asamblea discutía una nueva Ley de Migración en el 2006. “Zamora apoyó el retraso en la implementación de la ley (...) Teme que los amplios nuevos poderes que da a los oficiales de migración para imponer multas altas serían objeto de abuso por parte de oficiales corruptos, que aceptan sobornos para hacerse los tontos”.
Así ocurre en un despacho firmado por el embajador Peter Cianchette el 31 de marzo del 2009, en el que hizo recuento de un seminario sobre las negociaciones para un acuerdo de asociación entre la Unión Europea y Centroamérica.
Los europeos prometieron una ayuda de 34 millones de euros, que a Costa Rica le sonó sospechosa. “Le preguntamos a un contacto clave en el Ministerio de Comercio”, dice un cable. “El contacto dudaba de que la UE en realidad iba a poner esa cantidad a disposición, y creía que como mínimo estaría amarrada a varios controles. Nuestra fuente fue más allá, cuestionando los motivos de la UE para esa ayuda”.
En otra nota, la Embajada detalla un breve diálogo en la toma de posesión del mandatario panameño, Ricardo Martinelli, a la que asistieron Óscar Arias y el presidente colombiano, Álvaro Uribe. “Una fuente que estaba presente contó que Martinelli les habló a Arias y Uribe de la necesidad de un “bloque C-P-C (Colombia-Panamá- Costa Rica) contra los chavistas” .
Jerarcas de alto nivel de Costa Rica también compartían información que después viajaba a Washington en alguna nota diplomática: el propio Óscar Arias les contó a representantes de la Embajada qué fue lo primero que hizo el mandatario hondureño, Manuel Zelaya, aquel domingo del 2009 en que apareció en nuestro país
“Arias dijo que cuando fue al aeropuerto Zelaya ya estaba con un teléfono celular y habló 45 minutos con (Hugo) Chávez”, relata un comunicado confidencial.
Las notas también revelan pequeños cortocircuitos en el Ministerio de Relaciones Exteriores: algún funcionario de la Casa Amarilla le decía una cosa a EE. UU. que después otra persona contradecía. “Hemos visto esta reacción bifurcada antes: claro apoyo en el despacho del Ministro pero un enfoque más ponderado a niveles inferiores”, dice un boletín del 2008.
En los cables revelados por WikiLeaks también hay espacio para el chisme rosa. Una nota del 2008 detalla que el diputado liberacionista Óscar Núñez está “saliendo” con la congresista Andrea Morales. El despacho no cita la fuente de tan importante dato, pero es fácil deducir que el Embajador también leía las páginas de farándula.