A solo 20 minutos de la capital, prensado entre la prosperidad de Escazú, la ruralidad de Acosta y el peso urbano de San José, hay un cantón de solo 21 kilómetros cuadrados donde el progreso es solo una palabra en desuso.
Alajuelita volvió a quedar en la cola del escalafón de cantones costarricenses en la medición del índice de desarrollo humano (IDH), con resultados que nada han cambiado en los últimos 20 años.
Con índice de 0.596, los alajueliteños pueden lamentar que las últimas décadas solo han servido para aumentar la población que sufre las mismas carencias de salud, conocimiento y bienestar económico que en 1992, cuando ese índice estaba en 0.599.
“Somos un cantón sin oportunidades para miles que jóvenes que no trabajan ni estudian. Estamos produciendo delincuentes. Aquí vienen todos los flagelos. Vienen el distribuidor de droga, el robacarros a reclutar, el proxeneta a llevarse menores para prostituirlos”, dijo ayer su alcalde, Víctor Hugo Chavarría.
Con una población de 131.000 personas en el 2011, sin más fuentes de producción para casi todos que ser mano de obra en cantones vecinos, según su alcalde, Alajuelita tiene un IDH apenas por encima del de Nicaragua.
“El Gobierno central, los diputados, las organizaciones no gubernamentales y el poder económico deberían interesarse más en Alajuelita. Deberían ver que la falta de oportunidades lo que hace es generar delincuencia que no se va a quedar aquí, que se va a dispersar por los cantones vecinos. Por eso, hablo de la necesidad de solidaridad de los municipios vecinos”, dijo Chavarría, quien calificó a su cantón como “el cuadro blanco del tablero, el que todo el mundo prefiere saltarse”.
Chavarría recordó que “el 80% de la población de Alajuelita recibe asistencia social”. “Así estamos después de que el Gobierno en los años 70 decidió instalar aquí a cientos de familias reubicadas de todo lado del país y de fuera, sin crear las condiciones”.
Por ejemplo, se quejó de que el cantón tenga solo dos colegios públicos a pesar de que la población se multiplicó por seis.
También criticó que, a pesar de tener un edificio para clínica, los servicios de salud son los primarios, propios de un Equipo Básico de Atención Integral (Ebais), por la falta de especialidades.
“Pero claro, ya vienen elecciones y vienen a pedir votos”, criticó el funcionario.