Poco a poco, el parque del cantón de Alajuelita se llenó de gente. La bulla de los chiquillos jugando bola o corriendo por las zonas verdes se fue confundiendo con algunas notas musicales.
Ese sonido leve, pero constante era producido por los instrumentos de los músicos de la Orquesta Sinfónica Juvenil, quienes se disponían a practicar antes de presentarse ante el público de la comunidad la noche de este jueves.
En contrataste con Acosta, donde el Festival Internacional de las Artes no pudo disfrutarse, en Alajuelita todo fue orden. Se cumplió al pie de la letra la agenda de la inauguración urbana.
Los vecinos, muchos encantados por ver al cantón lleno de alegría y ser parte del FIA 2015, se apuntaron desde muy temprano a disfrutar del arte.
Virgilia Mora, vecina del distrito de Concepción, llegó con algunas amigas y niños a guardar espacio a un lado de la tarima a eso de las 4 p. m. “Aquí estamos listas porque las cosas buenas de Alajuelita todo el mundo las debe de conocer, no solo las malas que también pasan”, comentó.
“No sabíamos nada de que iba a hacerse algo bonito aquí en el parque, pero fuimos por los chiquillos a la escuela y, como nos dimos cuenta, entonces nos quedamos aquí”, agregó Dinoris Tapia, mientras disfrutaba con sus hijos de un granizado con helados de sorbetera.
Sí se pudo. La tarde fue cayendo y la ansiedad por el espectáculo se hizo más grande, pero no hubo mucho que esperar.
Con una puntualidad digna de destacar, comenzó la actividad. Decenas de personas esperaban la salida del pasacalles desde el distrito de San Felipe y, a las 6:10 p. m., comenzó a sonar contagiosa la cimarrona.
El desfile, encabezado por la niñez y juventud alajueliteña, representados por los Guías y Scouts, pasó por algunas de las principales calles del cantón y terminó en el parque.
Durante el recorrido hubo mucha fiesta, diversión, pero, sobretodo, orden. Las mascaradas bailaron y familias enteras disfrutaron el show . Más atrás, los movimientos caribeños de una comparsa animaron hasta el más tímido.
El calor comunal ya se sentía y la noche se prestó para la actividad. El cielo mostró el gajo de una brillante luna y cayó ni una gota de agua, ya que una de las preocupaciones más grandes era que la lluvia aguara la fiesta.
A las 7 p. m., el acto protocolario comenzó. Con la presencia del presidente Luis Guillermo Solís, su esposa, Mercedes Peñas; Inti Picado, director del Centro de Producción Artística y Cultural –organizador del FIA– y Elizabeth Fonseca, ministra de Cultura.
Con la interpretación de la Sinfónica Juvenil, la música llenó los alrededores del parque ante un público atento que disfrutó cada una de las notas de la Obertura de Romeo y Julieta, de Tchaikovsky, y de seguido La gran pascua rusa, de Rimsky-Korsakov fueron parte del espectáculo.
¡Al fin, brilló! El momento más esperado de la noche llegó cuando Solís ofreció unas pocas palabras para dar pie a la iluminación de la Cruz de Alajuelita. El monumento no se encendía desde hace 20 años y la noticia de que iba a volver a brillar tenía muy emocionado a los alajueliteños.
Con la mirada puesta en el oeste, donde se encuentra el cerro San Miguel, los vecinos del cantón hicieron una cuenta regresiva para devolverle la luz al ícono de Alajuelita.
La emoción no se pudo contener y con aplausos y la música de fondo de la orquesta, en la punta más alta de la montaña, revivió la luz que, desde hace 83 años, identifica a la tierra de la chicha y el chinchiví.