Matina (Limón). El rompimiento del dique que protegía esta localidad del río Chirripó, causó que al menos 300 casas y unos 50 negocios resultaran anegados.
La inundación se produjo entre el sábado y el domingo.
La emergencia duró 24 horas, tiempo suficiente para dejar sin techo a siete familias y ocasionar pérdidas millonarias en los negocios y en plantaciones bananeras. Además, la fuerza del agua levantó el pavimento de las calles, en aproximadamente un kilómetro, en el centro de la ciudad y causó serios daños a decenas de kilómetros de caminos vecinales, manifestó el alcalde de Matina, Elvis Lawson Villaforte.
Asimismo, la fuerza del agua del Chirripó destruyó 150 metros del línea férrea en el acceso al puente sobre ese río. Esa vía es muy usada para transportar banano.
‘Ayuda, por favor’. “No pudimos salvar nada. Fue algo muy repentino. No tengo casa propia. Esta me la prestaron hace año y medio. Yo me dedico a vender gallos y comida. El sábado tenía una olla de sopa de mondongo y todo se perdió. Necesito ayuda, por favor”.
Así narró Ana Gabriela Aguilar, de 39 años y madre de dos hijas de 4 y 16 años, el drama que vivió el fin de semana y aún ahora.
“Hoy estoy limpiando el barro, pero todos los trastos, la ropa, las camas se llenaron de barro. Estoy lavando con agua de esos pozos que quedaron ahí en la calle porque no hay agua limpia”, agregó.
A pocos metros de distancia, María Luisa Briceño Angulo, de 52 años y madre de siete hijos, también sufría por los daños causados por la fuerza del Chirripó.
La casa, construida con bambú y caña brava, y financiada por un bono del Estado, quedó destruida.
Briceño no podía pronunciar palabra, pues de sus ojos brotaban las lágrimas cuando se le preguntaba algo. Esa familia quedó desamparada, solo con lo que tienen puesto, dijeron unas vecinas.
Briceño permanecía ayer en la casa de una familia amiga.
Una situación similar afrontaba Eligia Acuña Alvarado, de 61 años, quien vive de la pensión que recibe su hija con parálisis y de 29 años de edad.
“¿Usted no sabe quién me puede ayudar con una silla de ruedas para ella?”, fue lo primero que dijo, para luego agregar: “Sí, lo perdí todo. El agua se metió y lo llenó todo de barro. Lo que salvé fueron solo dos cobijas”.
Acuña permanecía ayer en un albergue, en el centro de Matina, a la espera de que alguna institución estatal le ayude.
Otros efectos. En las fincas bananeras, el agua del Chirripó también causó estragos. Muchas de las fincas no pudieron sacar ayer la producción, pues el río abrió zanjas en los caminos.
Para citar solo un caso, en la finca Banasol, en Estrada, el río arrasó 14 hectáreas de plantaciones bananeras y anegó otras 60 hectáreas.
“Estamos empezando a hacer una evaluación de los daños”, dijo Claudio Vargas, administrador de la finca.
Mientras tanto, otras fincas como Agrodisa, Trisos y Anabel permanecían incomunicadas.