Bruselas. AFP El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (UE) consideró legal que se obligue a los aviones a pagar por la contaminación atmosférica que generan en este continente, lo cual avala un polémico plan que amenaza con desatar una “guerra comercial” con Estados Unidos y China.
Estados Unidos dijo tener “fuertes objeciones” en cuanto a la nueva política para limitar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que emiten los aviones. La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, exhortó a la UE a “renunciar” al plan. De lo contrario, su país tomará “medidas”.
China también amenazó con represalias contra la industria aeronáutica europea.
En el 2008, la UE decidió obligar a todas las compañías aéreas –incluyendo a las extranjeras que pasaran por su territorio– a comprar el equivalente de 15% de sus emisiones de CO2 a partir del 1.° de enero de 2012. Según la comisaria de Cambio Climático de la UE, Connie Hedegaard, las emisiones de la aviación representan el 3% de los gases de efecto invernadero que causan el cambio climático.
La Corte Europea, con sede en Luxemburgo, confirmó la validez de la medida. De esta manera, todas las aerolíneas europeas o extranjeras se incluirán en el Programa de Comercio de Emisiones (ETS, por sus siglas en inglés), el cual fuerza a las entidades contaminantes a tener que pagar por las emisiones de CO2 que envíen a la atmósfera.
Las aerolíneas argumentan que imponer el ETS fuera de la UE viola la ley internacional. Estados Unidos pide, por tanto, que solo se contabilice el CO2 sobre el espacio aéreo de la UE y no todo el trayecto.
El plan tampoco agrada a las firmas europeas y fue rechazado por Brasil y México.
Las firmas que realizan vuelos transnacionales argumentan que incrementará los costes para la industria de la aviación que ya enfrenta una severa crisis.
La UE reconoce que el nuevo reglamento podrá elevar los precios de los tiquetes de avión entre 1,8 y 9 euros en vuelos de ida y vuelta dentro de la UE y alrededor de 12 euros en trayectos transoceánicos, si las aerolíneas deciden cargar a sus clientes el costo que conllevará las nuevas restricciones.