Un año fue lo que demoró el cabildeo estadounidense en vencer la “alergia” de la administración Arias a que policías de Costa Rica fueran entrenados en academias vinculadas a militares del Comando Sur de EE. UU.
De ello dan cuenta parte de los 112 cables de la diplomacia estadounidense revelados por WikiLeaks en donde se mencionan temas relativos a la seguridad, inteligencia y el narcotráfico en Costa Rica.
El 24 de febrero del 2006, dos días antes de una de las marchas organizadas contra el TLC, el embajador de EE. UU., Mark Langdale, advertía que el nuevo gobierno se oponía a recibir capacitación de organismos militares y carecía de estrategias para contener las protestas sociales que por entonces provocaba la discusión sobre el TLC.
“La agenda de seguridad de la administración entrante no trata directamente el tema de las protestas (contra el TLC). Chinchilla despreocupadamente condena a otros centroamericanos por ‘militarizar’ la policía y debilitar la independencia del poder judicial para meter en cintura a los disidentes”, analizaba el embajador de EE. UU.
En su comentario, Langdale señalaba además que la vicepresidenta Laura Chinchilla se oponía a capacitar policías en la FLETC, una academia del Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. debido que allí concurrían militares latinoamericanos que no cumplían apropiadamente con las tareas policiales de sus países.
Consultada ayer sobre el tema, la presidenta Laura Chinchilla reconoció haberse opuesto al entrenamiento de policías en la FLECT.
“En general, me ha parecido útil la cooperación que los Estados Unidos han dado en materia de seguridad, pero también he tenido observaciones en cuanto a ajustar contenidos, en cuanto lo que es nuestra estrategia y nuestra doctrina policial”, señaló Chinchilla.
Antes de que asumieran. Los cables de la diplomacia estadounidense revelan que, desde antes de que asumiera la administración Arias, Estados Unidos desplegó una estrategia de cabildeo para cambiar la orientación del Gobierno y lograr que se autorizara el entrenamiento de policías costarricenses en academias del Comando Sur de EE. UU.
En agosto del 2006, las gestiones estadounidenses comenzaron a rendir frutos, y Langdale comentaba que un seminario financiado por el Comando Sur, en donde participaron la vicepresidenta Chinchilla y los ministros de Seguridad y de la Presidencia, había disminuido “la alergia tica a los asuntos militares”.
Un año y medio más tarde, en noviembre del 2007, el consejero político de la embajada de EE. UU. Peter Brennan relataba en un cable confidencial que el presidente Arias había revertido su posición y autorizaría la capacitación de costarricenses en un seminario del WHISC una academia cuyos planes de estudio son elaborados por los comandantes del Comando Sur.
Y, para marzo del 2008, Peter Brennan señalaba que el ministro de Seguridad, Fernando Berrocal, ya estaba “totalmente a bordo” en la política de recibir y buscar ayuda militar para seguridad en Costa Rica.
Consultado sobre esa expresión Fernando Berrocal señaló que se trataba “de una apreciación de los americanos”.
Aplicación interactiva con los cables en cifras