Solo África y América Latina perdieron 7,4 millones de hectáreas de bosques al año, según la Unión Internacional de Institutos de Investigación Forestal (IUFRO), cuyo informe fue publicado el domingo.
La deforestación representa aproximadamente una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero cada año.
Para los 60 especialistas que participaron en este informe, la ONU y los gobiernos involucrados deben cambiar su enfoque del problema.
“Nuestra investigación sugiere que la negativa a considerar el impacto de los bosques en áreas como la agricultura y la energía llevará al fracaso cualquier nuevo esfuerzo internacional para conservar los bosques y frenar el cambio climático”, dijo Jeremy Rayner de la Universidad de Saskatchewan en Canadá y uno de los autores del informe.
Según estos expertos, programas como el Fondo de cooperación de la ONU para reducir las emisiones de carbono debidas a la deforestación y la degradación forestal (REDD) son ineficaces, porque tratan de imponer una solución global en vez de apoyar las iniciativas más regionales y nacionales.
“Si todos los sectores no trabajan juntos para abordar el problema del consumo mundial, especialmente la creciente demanda de biocombustibles y el problema de la escasez de tierras, REDD no llegará a impedir la degradación del medio ambiente y la pobreza no hará más que aumentar”, dijo Constace McDermott de la Universidad de Oxford.
Entre los ejemplos a seguir, los expertos citan el de la ASEAN, la organización de las naciones del sudeste asiático, que estableció un protocolo de seguimiento de la tala ilegal, o la ley estadounidense que prohíbe la importación de madera procedente de talas ilegales.